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El esfuerzo, la disciplina y el amor por el deporte llevaron a Tomás Norambuena, estudiante de III Medio A, a clasificar al Nacional Escolar Federado de Tenis, representando con orgullo tanto a la Región Metropolitana como a nuestro Colegio Seminario Pontificio Menor en la categoría Sub 18.

Tomás compitió en un exigente circuito escolar federado que reúne a tenistas de todo Chile. Cada región realiza clasificatorias locales, y solo cuatro jugadores logran avanzar al Nacional. Tomás disputó cinco partidos, enfrentándose a deportistas de gran nivel:

“Fue un torneo difícil. Este año subí de categoría a Sub 18 y el nivel aumentó bastante. Se notó que muchos jugadores se dedican de lleno al tenis. El corte también fue más competitivo que el año pasado: antes entraban los 50 mejores del ranking, ahora solo los 30”, explica.

A pesar de la presión y el alto nivel de competencia, su determinación lo llevó hasta la final regional, obteniendo así su paso al Nacional:

“Cuando compito solo pienso en disfrutar lo que hago, porque me gusta el deporte. Además, estas son oportunidades a las que no todos llegan”, comenta Tomás.

Un camino lleno de desafíos

Lo que pocos saben es que la clasificación de Tomás se vivió como una verdadera hazaña personal. Este 2025 enfrentó varios obstáculos físicos:

“Este año fue bastante complicado por lesiones. En enero tuve tendinopatía en la rodilla derecha, cuando mejoré me pasó lo mismo pero en la izquierda. En julio me fracturé el tobillo jugando fútbol, entonces estuve tres meses fuera. Recién pude volver a entrenar tres semanas antes del torneo”, cuenta.

Aun así, nunca pensó en rendirse. Reconoce que el apoyo de su familia fue clave:

“Mi familia fue fundamental. Me motivaban cuando estaba inseguro o nervioso. Más que presionarme, me ayudaron a disfrutar el proceso”.

Sueños claros y metas concretas

Tomás combina el alto rendimiento deportivo con la proyección académica. Tiene un objetivo firme: estudiar en Estados Unidos con una beca deportiva, donde el tenis universitario es uno de los más competitivos del mundo.

“Siempre me ha gustado el deporte y el estilo de vida saludable. Quiero estudiar Nutrición y especializarme en nutrición deportiva. Por eso este año tomé el electivo de biología molecular, para prepararme bien”.

Además del apoyo familiar, valora el acompañamiento del colegio:

“Mi profesor jefe me ayuda con los justificativos cuando tengo torneos o entrenamientos. El coordinador Alberto siempre se interesa por cómo voy y el profe Tomás me apoya un montón, incluso juega conmigo para entrenar”.

Más que un deporte, una escuela de vida

Aunque también juega fútbol —deporte al que reconoce como clave para aprender a trabajar en equipo— confiesa que el tenis es su verdadera pasión:

“Mi papá me lo traspasó. El tenis me enseñó a resolver problemas y a pensar bajo presión”.

Este año, además, vivió una experiencia inolvidable: fue pasapelotas en la Copa Davis, una oportunidad que él mismo describe como “increíble y motivadora”.

El compromiso y la historia de Tomás reflejan el espíritu del Semiponti: esfuerzo, superación y pasión por lo que se ama. Como comunidad, celebramos sus logros y lo acompañamos en el camino que está construyendo con valentía y convicción.

¡Felicitaciones, Tomy!

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