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El pasado sábado 9 de noviembre fue un día de alegría y espiritualidad para el Colegio Seminario Pontificio Menor. Estudiantes de los 4° básicos A y B vivieron con emoción su ceremonia de Primera Comunión, acompañados por sus familias, profesores y miembros de la comunidad educativa. Bajo la guía del Padre Andrés Moro y Patricia Valenzuela, directora de Formación, la celebración marcó un hito en el camino de formación religiosa de nuestros queridos estudiantes Semiponti.

Una liturgia llena de significado

Desde la Capilla del Colegio hasta el gimnasio, transformado para la ocasión, los estudiantes ingresaron en una solemne procesión acompañados por sus profesoras jefes, Cecilia Bozo (4°A) y María Ignacia Sánchez (4°B), mientras el coro litúrgico liderado por José Antonio Vergara elevaba el ambiente con cantos de alabanza.

En representación de sus cursos, estudiantes como Emilia Guerra, Andrés Araya (4°A), Emilia Malfert y Diego Ramírez (4°B) dieron palabras de bienvenida llenas de gratitud por el acompañamiento recibido durante su preparación. Este emotivo inicio marcó el tono de una celebración cargada de recogimiento y esperanza.

La liturgia estuvo cargada de momentos profundos, como las peticiones de perdón realizadas por los niños, la proclamación de la Palabra a cargo del rector, Cristián Pérez, y la homilía del Padre Andrés, quien invitó a los presentes a renovar su compromiso con la fe y la comunidad. La entrega de cirios a los niños y niñas simbolizó la luz de Cristo que guiará sus vidas, un gesto que emocionó tanto a estudiantes como a sus familias.

Un compromiso renovado por la fe

Esta liturgia se realizó gracias al arduo trabajo del equipo y los delegados de Pastoral, junto a las profesoras jefes, quienes durante años acompañaron a los estudiantes en su preparación espiritual. Durante la ceremonia, las familias tuvieron un rol destacado al bendecir a sus hijos con amor y gratitud, acompañando el compromiso del Colegio con la formación integral de sus estudiantes, basada en los valores del Evangelio.

Además, los recuerdos preparados por la profesora jefe, los símbolos como el Ángel de la Guarda y las maquetas de capillas, así como el canto del coro, enriquecieron aún más esta experiencia.

La luz de Cristo como guía

Uno de los momentos más simbólicos fue la entrega de los cirios, que representan la luz de Cristo. En un gesto profundo, los estudiantes compartieron este signo con sus familias, reafirmando su compromiso de vivir como discípulos de Jesús. Las palabras del Padre Andrés invitaron a la comunidad a renovar su fe y a caminar juntos en el amor y el servicio.

Un mensaje de gratitud y futuro

Felipe Loyola, coordinador del ciclo menor, agradeció a todos quienes hicieron posible esta ceremonia y animó a los presentes a seguir apoyando a los estudiantes en su camino de fe. «Hoy nuestros niños y niñas han recibido a Jesús en la Eucaristía. Este es solo el comienzo de una vida llena de amor y servicio en comunidad», afirmó.

La ceremonia culminó con una procesión al Patio de la Virgen, donde los estudiantes se retrataron junto al Padre Andrés Moro, cerrando este día con un espíritu de gratitud y esperanza.

Esta Primera Comunión no solo fue un encuentro con Jesús, sino también una reafirmación del compromiso de toda la comunidad educativa para acompañar a los estudiantes en su camino de fe. Felicitamos a los niños y niñas por este importante logro y a sus familias por el apoyo incondicional que les brindan.

Invitamos a toda nuestra comunidad educativa a revisar la galería de fotos que hemos preparado, haciendo clic en este enlace o en la siguiente imagen:

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